Hace unos años entrevisté a José Luis Guerín. Acababa de estrenar Innisfree y charlamos durante un buen rato sobre sus orígines, sus influencias, sus motivaciones, sus amores y sus pasiones.
Hoy recupero aquí esta conversación con el autor de Motivos de berta, Innisfrre, En constucción, Tren de sombras y La academia de las musas, entre otros títulos en diversos formatos. Lo hago porque me parece que puede ayudarte a ganar confianza y a tomar la decisión de lanzarte por fin a contar tus propias historias y a rodarlas, en el formato que sea, pero a sacarlas de dentro de ti y a compartirlas con el resto del mundo.
Contents
- 0.1 Cúal crees que sería el proceso de acercamiento al cine y a su análisis.
- 0.2 Y es entonces cuando decides empezar. a hacer tus propias películas.
- 0.3 Cómo eran esos cortos en formatos menores.
- 0.4 Como te enfrentas al proceso de creación.
- 0.5 Entonces lo que te motiva para hacer una películia es la curiosidad.
- 0.6 En qué es distinto el punto de partida de Motivos… respecto a los demás retratos.
- 0.7 Ahora con la perspectiva que da el tiempo, crees que Motivos… fue lo que tu querías.
- 0.8 Y crees que lo tienes más dificil que otros para hacer cine por lo diferente de tus propuestas.
- 0.9 Entonces, que es cine popular.
- 0.10 Pero puedes hacer un cine popular en un espacio que no es el tuyo, como en Innisfree.
- 0.11 Pero por qué hacer «Innisfree».
- 0.12 Entre “Motivos» e Innisfree rodaste dos cortos, cuéntanos algo de ellos.
- 0.13 Ya para terminar, cita tres cineastas de los ochenta que te interesen.
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Cúal crees que sería el proceso de acercamiento al cine y a su análisis.
José Luis Guerín: Me parece que lo primero y más importante que hay que hacer con el cine es verlo, gozarlo. No debemos olvidar que para eso se ha hecho, para generar ideas y emociones.
A continuación, una vez vista una película, y si nos ha gustado, o si nuestro trabajo es el cine, me parece lógico indagar cómo tal o cual cineasta ha generado esas emociones, o esas ideas. En suma, descubrir como está fabicada cada película.
Esta es la razón por la que siempre propongo después de una proyección un periodo de reflexión de al menos diez minutos sobre lo que se nos ha contado y como lo han hecho. Me parece que ésta es la única manera para que el cine y el audiovisual en general no sean una absoluta alienación. Creo que es mejor ver una sóla película a la semana, y dedicarle el tiempo que se merezca a la reflexión, que devorar diariamente audiovisual a través de la televisión.
Sería monstruoso si la primera vez que viésemos «Psicosis» fuera ya para analizanla. No sabríamos lo que estamos analizando. Si no conocemos previamente y a fondo, no sabremos analizar ni disfrutar nada..
Si tu ves “Psicosis» y te inquieta, la sigues con emoción, con interés. Si te asusta, esto puede provocar tu curiosidad, y puede que te lleve a querer concocer por qué mecanismos se te ha hecho entrar en esa atmósfera, y se ha jugado con tu percepción. Es éste el momento cuando descubres la construcción de la película entrando en sus entrañas.
Y es entonces cuando decides empezar. a hacer tus propias películas.
José Luis Guerín: En mi caso fue un proceso muy natural. Yo me tomaba el cine muy en serio, y hacía cortos en 9 mm., 8 y super-8 mm., e incluso uno de 35 mm. Cada idea que tenía se adecuaba a un formato y a una duración. Hasta que llegó un momento en que empecé a concebir una película que se llamaba «Motivos de Berta» que me parecía que tenía una lectura para un público mucho más ámplio, y creí que merecía la pena planteársela en 35 mm. y digamos dentro del proceso industrial del cine.
Pero esta decisión no tuvo nada que ver con una voluntad por mi parte de ser a partir de ese momento Director de Cine de una forma profesional.
Cómo eran esos cortos en formatos menores.
José Luis Guerín: Misprimeras películas en s-8 eran sobre todo retratos de chicas. Pero en su mayoría eran pequeños regalos de cumpleaños de 5 minutos para esas mismas chicas… Creo que el cine es una escritura, y con un alfabeto podemos hacer muchas cosas. Con las letras y las palabras podemos escribir una receta de cocina, firmar un talón, componer un poema o una canción, etc… y con el cine pasa lo mismo, puede tener usos científicos, médicos, testimoniales, publicitarios, y también, porqué no, puede servir para hacer retratos.
Me interesa mucho algo bastante frecuente en muchos pintores, como es la insistencia en repetir, a veces hasta la saciedad, retratos de las mismas modelos. Este es el caso de Rembrand con Saskia, a la que retrataba enferma, peinándose, en el baño, en el jardín… y a parte de toda esa multiplicidad de imágenes te haces una imagen global de ella.
Esta era en cierto modo la idea de partida de mis retratos en s-8, algo parecido a la relación que se crea entre el pintor y su modelo.
En este sentido, Vermeer es especialmente apasionante, porque no solo pinta siempre a la misma mujer transformada vagamente de un cuadro a otro, sino que tiene diez cuadros de la misma mujer, en la misma habitación, con la misma ventana en el mismo sitio. Me parece muy interesante porque consigue llegar a la máxima abstracción a partir del mínimo de elementos.
Como te enfrentas al proceso de creación.
José Luis Guerín: Yo creo que hay dos concepciones básicas. Por un lado está el personaje que como Descartes dice: «Yo he enconrado la verdad en la soledad de mi estufa», y por otro muy distinto, tipos como Lord Byron, que no paran de viajar. Estos eran felices montados en una diligencia y lanzándose a comerse el mundo y seducir a todas las muchachas.
Ambas posturas son apasionantes, y además, curiosamente suelen llegar a las mismas conclusiones.
Yo admiro profundamente a los ascetas capaces de encerrarse y llevar una vida disciplinada y en orden, pero sin embargo actuo como los otros. Lo que ocurre es que necesito salir de mi entorno porque me produce una alienación. Acabo no viendo las cosas que me rodean.
Cuando estás lejos de tu entorno cotidiano, estás inmerso en una extraña hipersensibilidad. Eres un observador. Por eso a veces para interpretar tu propia calle debes salir fuera, para poder comparar y apreciar en todo su valor aquello que por próximo no lo valoramos lo suficiente.
Entonces lo que te motiva para hacer una películia es la curiosidad.
José Luis Guerín: Si, eso es verdad. En mi caso el motor de mis películas es siempre la curiosidad. La curiosidad por las cosas, y el sentido de la observación.
Lo que ocurre es que hay ideas que considero que pueden ser contadas a un público más grande. Luego están los caprichos en s-8, pero son dos procesos distintos. Puedo empezar a desvelar el misterio de tal o cual muchacha, pero en el viaje para hacerlo puedo llegar a conclusiones que interesen a alguien más que a mí mismo. Y es ahí cuando el cine se convierte en algo interesante, cuando lo pequeño y lo particular cobran otra dimensión y sirven para hablar de cosas más ámplias, más universales.
Este es un debate que se suscitó mucho en los años sesenta cuando ciertos sectores del cine acusaban acineastas como Bergman o Antonioni de ser autores vanidosos, de mirarse al ombligo. Por otro lado estaban lo cineastas «comprometidos», que hacían películas que querían hablar de los grandes temas, de los problemas que afectaban a las colectividades. Pero lo que real mente ocurría es que Antonioni y Bergman sabían hacer cine, a diferencia de los que les criticaban. Además, los ombligos de estos autores devenían en algo mucho más universal que las manifestaciones que filmaban quienes les criticaban.
En qué es distinto el punto de partida de Motivos… respecto a los demás retratos.
José Luis Guerín: Berta parte de una colección de diarios de adolescentes que tengo. Es uno de mis géneros literarios preferidos. Se trata de textos llenos de faltas de ortografía (en un sentido figurado) pero escritos con una gran sinceridad.
En estos diarios encuentro la facultad de hablar de los sentimientos con una pulcritud y con una sinceridad que luego ya es imposible, ya deviene en cliché, en tópico, en cursi o ramplón. Buena parte del guión de Berta está adaptado, a mi manera, de este matrial.
Lo que ocurrió fue que cuando me dí cuenta que con aquello podía interesar a más gente opté por trabajar en 35 mm., lo que me hizo introducir elementos que en s-8 ó 16 mm. no me planteaba. Ahora tenía muchos más recursos, actores, nuevas problemáticas de puesta en escena que no podía imaginar con otros formatos.
Yo creo que cada formato y cada duración tienen su propia gramática, por eso me parece que hay que ser muy cuidadoso a la hora de afrontar las primeras películas porque se corre, por un lado, el riesgo de la pretenciosidad, y por otro el de no conocer o no tener en cuenta los límites y las posibilidades de los formatos con los que se trabaja. Eso generalmente suele acabar frustrando estos primeros trabajos.
Pero también creo que es muy importante equivocarse y hacer el ridículo al principio de tu carrera por que de este modo aprendes mucho de tus propios erores.
Todo aprendizaje tiene su precio, y el cine más, porque es más caro que una pluma y un papel. Cocteau decía «cuando el cine se pueda hacer como un poema, entonces será un arte libre».
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Ahora con la perspectiva que da el tiempo, crees que Motivos… fue lo que tu querías.
José Luis Guerín: Ahora, con los años, no quiero ni verla, pero cuando la hice respondía a lo que quise. Ten en cuenta que la hice con 23 años y con un equipo de gente, con la que creé una cooperativa, que también hacían sus cortos, y con los que discutíamos acaloradamente al salir de la Filmoteca.
Y crees que lo tienes más dificil que otros para hacer cine por lo diferente de tus propuestas.
José Luis Guerín: Yo creo que no, pero casi todo el mundo lo cree así, y en mi caso me parece que es al revés. Si hiciese un comedia o cine negro, si creo que me quedaría sin estrenar, como tantas películas españolas que se olvidan sin tan siquiera haber sido estrenadas.
A mi me interesa atender a esas áreas del cine más descuidadas, a los legados del cine históricamente más perdidos, y que me parece muy útil reivindicar. Quizás sea ésta la singularidad que me facilita acceder a las salas de cine aunque no tenga una distribución brutal o un gran despliege publicitario.
Todos los años hay cantidad de películas catalanas que ni siquiera consiguen estrenarse en Madrid. Esto es preocupante, pero además con el agavante de que la mayoría de ellas están hechas para ganar dinero, para generar industria. Viendo esto está claro que hay algo que no funciona.
Si tu has hecho la película que te ha dado la gana, la asumes hasta el final y no se estrena, pues bueno, qué le vas a hacer, pero por lo menos tienes la satisfacción de haberla hecho.
Lo que me parece absurdo es que aquí estemos empeñados en competir con el cine norteamericano en vez de hacer algo con nuestra propia escritura. Este ha sido el proceder en Portugal, y ha dado unos cuantos realizadores interesantes y bastante más reconocidos a nivel internacional que los españoles. El planteamiento ha sido el de asumir que la batalla está perdida de antemano y por tanto es mejor seguir un camino diferente.
Si no adoptamos esta postura estamos siendo colonizados por un doble frente, por un lado sólo consumimos lo que ellos nos venden, y no tenemos capacidad para enfrentarnos a eso porque el aparato de marketing que manejan es de unas dimensiones incalculables para nosotros.
Por otro lado, también somos colonizados porque consiguen que las películas que se hacen en Europa intenten ser como las de Hollywood. Esto me parece que es lo más peligroso. Esto implica segar cualquier posibilidad de que haya miradas disidentes, singulares, simplemente una policromía de miradas.
Esto es lo que echo en falta ahora. Fíjate en la decada de los 60, en cualquiera de sus años, y te encuentras que en todos podías elegir entre los nuevos realizadores del cine alemán, de la Nouvelle Vague, del Nuevo cine del este, los independientes americanos, etc… y además todos ellos coincidiendo con las obras de madu¡ez de los grandes clásicos, Ford, Hitchcok, Ozu, Mizoguchi, Bresson, Tati…
Había una enorme pluralidad de escrituras que ahora han desaparecido. Ahora todo es monocromo. Por eso yo creo que ante esta situación es importante revisar el término elitista, así como el de cine popular. Muchas veces, muy malintencionadamente se identifica el cine popular con el cine comercial. James Bond puede ser divertido, pero no es cine popular aunque sea comercial. Es cine que atenta contra los intereses populares.
Entonces, que es cine popular.
José Luis Guerín: Yo con «Innisfree» traté de hacer cine popular. Quería hacer un fresco popular de un pueblecito, basándome en sus historias, en su cultura, etc… Y lo puedo ratificar, porque tras proyectar la película a sus protagonistas, ésta ha pasado a formar parte del patrimonio popular. Ya han muerto algunos de los personajes, y por eso creo que mi película retrata una étnia en estado terminal. Que se acaba. Son la última raza de irlandeses con ese sentido de la vida, de la ironía, del estoicismo.
Pero hay muchas películas que son populares aunque no sean mi ideal de cine, películas como «¿Qué he hecho yo para merecer esto?», o «El té en el harem de Arquímedes», creo que son claramente populares.
Me parece siniestro que en una filmografía no haya más películas vinculadas con la realidad. Olmi me parece un paradigma fantástico del cine popular con «El árbol de los zuecos». Es de esos pájaros, tan raros hoy en día, que se permiten, como Dovchenko hizo en laURSS, filmar a los campesinos toscanos que viven a su alrededor.
Pero puedes hacer un cine popular en un espacio que no es el tuyo, como en Innisfree.
José Luis Guerín: Flaherty, cuando hacía «Nanouk el esquimal» u otras de sus películas, creo que estaba haciendo la función más notable del cine, y la más sencilla aunque ahora parezca tan exótica. Es el llegar a un lugar y filmar, dando tu versión, como has visto vivir y comportarse a unas personas y comunicarlo a otros.
Pero por qué hacer «Innisfree».
José Luis Guerín: Hacía tiempo que me rondaba por la cabeza la ideade recuperar el espíritu de Flaherty, del documental puesto en escena. Que trabajara a fondo los recursos del cine, nada que ver con los reportajes de TV., no con el docudrama, no nada de eso.
Yo creo que el documental es ficción, me parece que hay un error en la terminología por la que se tiende a confundir documetal y reportaje. Este último necesita de la materia prima real, en tanto que el documental tiene como función documentar, y aunque pueda ser poético, subjetivo, etc… puede tener perfectamente la posibilidad de elaborar la puesta en escena.
Por otro lado yo sufría la lógica autocensura por la dificultad que entraña buscar financiación para un documental, pero al llegar a Innisfree empecé a ver muchas posibilidades y elementos que se integraban, que podían hacer mi proyecto mucho más atractivo para productores, distribuidores, televisiones, etc… y así fue.
Siempre pienso mucho desde la perspectiva de producción, desde la posibilidad de la viavilidad de la financiación. Si nace «Innisfree» es por un lado por mi fascinación por el lugar y sus gentes, y por otro tiene un doble pretexto que me interesa mucho, y éste es que hubo una mirada que se posó allí antes, la de John Ford, y entre la mitología del pueblo están John Wayne y Mauren O’hara. Esto me permitía crear un producto de características tan especiales. Un documental con John Ford en el casting lo hacía más viable.
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Entre “Motivos» e Innisfree rodaste dos cortos, cuéntanos algo de ellos.
José Luis Guerín: El primero se llamaba «Souvenir» y es una película de tres minutos que fue producida por la TV catalana y rodada en 16 mm. Es una historia muy sencilla que me gusta mucho y está interpretada por Silvia Gracia, la niña que interpreó a Berta.
El otro forma parte de una película de cuatro horas de duración. Se trata de una producción holandesa que surgió en el Festival de Roterdam, donde yo presenté «Motivos». La película se llama «City Life» y esta compuesta por 12 historias, de 12 directores, de doce ciudades, de doce paises distintos. Jarmush dirigió «New York», Kieslowki hizo otra, etc… La única cosa común entre los 12 directores era su paso por Roterdam.
Nos daban entre 12 y 20 minutos para hablar de la vida de la ciudad. Cada uno en su ciudad, pero sin hablar de ellas. Lo que interesaban eran historias urbanas, de la vida en la ciudad.
Mi episodio se llamaba «Eulalia- Marta Abril 88» y va mostrando distintas parcelas de la vida urbana a partir de dos chicas que comparten un piso y buscan rabajo. Esto fambién es una historia sencilla.
Ya para terminar, cita tres cineastas de los ochenta que te interesen.
José Luis Guerín: Me temo que voy a resultar un poco pedante porque ninguno de ellos se estrena. Por supuesto Bresson, también me apasionan Philipe Garrell, Jean Marie Sraub, Chantal Akerman, Marguerite Durás, Olmi, Antonioni, etc… Bien, pero estos son clásicos, si tengo que destacar uno de otra generación, creo que sería Martin Scorsese.
También me gusta Aki Kaurismaki es muv claro, sencillo y muy bressoniano.
Pero quiero dejar bien claro que hay un cineasta vasco que es buenísimo, y siempre que me preguntan por algún cineasta español lo cito como el CINEASTA a gran distancia del resto. Claro está que me refiero a Victor Erice.
Te ha interesado el post. ¿Te apetece decir algo más?
NO te cortes hazlo en los comentarios, me gustará responderte.
Un fuerte abrazo.
Oriol Villar R. de Hinojosa
Vayan a ver la de Alien: Covenant es más excitante que esta.
Buenas tardes Eliora.
Agradezco tu mensaje, aunque no sé si entiendo exactamente a qué te refieres. Si te apetece desarrolar tu cometário, seguro que nos encantará conocer tus opiniones.
Un saludo.